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laescaleradecaracol

El fantasma dentro de cuadro

El fantasma dentro de cuadro

El permiso se ha pedido, y ahora ya tengo carta blanca para entrar con una cámara de vídeo dentro del cementerio. Ir a rodar rodeado de difuntos ya le da de por sí a la imagen un carácter ceremonial, no hace falta que muevas mucho el encuadre ni que los personajes hablen demasiado, porque ninguna de esas dos cosas quieren aportar algo a la escena, semánticamente hablando. Los cementerios ponen el abismo y el hombre el dispositivo de representación del recuerdo, de lo que fueron los que ahora están enterrados, y de lo que ha sido uno mismo sin estar todavía ahí metido, sabiendo con certeza que esa será una parada obligatoria; cada vez hay más semidioses poblando la tierra, pero muchachos, la cripta es vuestra. Y así queda la re-presentación de algo que ya fue representado, confirmando y validando la verdad de lo aleatorio, de las cosas sencillas como el enamorarse o hacerse un café con leche, o el construir artificialmente una verdad o una mentira que para el caso viene a ser lo mismo: seguir vivo, incluso aunque en las trincheras crean que estás muerto.

1 comentario

anónimo -

precioso