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Cómo poner un pie en el Más Allá

Cómo poner un pie en el Más Allá

Martes, 17 de enero

Por fin he leído la correspondencia. Entre las cartas hay una postal de Lulú, que me escribe desde Australia para decirme que se encuentra algo aburrida en las Antípodas, rodeada de tanto canguro saltarín. Yo mientras tanto intento reponerme de las emociones de los últimos días, estoy bastante enfrascado en varios experimentos que llevo a cabo con sumo cuidado ya que cualquier descuido  podría hacer volar mi apartamento por los aires.  

De fondo se oye a Herman Düne, un descubrimiento reciente y con el que me siento completamente identificado. Aunque todo está muy desordenado se respira un ambiente tranquilo en casa, me gusta cuando se oye música de fondo, el incienso está encendido y yo tengo algún entretenimiento entre manos. He revisado algunos manuales de mi biblioteca, entre ellos diversos tratados sobre ciencias cabalísticas y uno muy interesante sobre Pin-up’s e iconos sexuales de los años 70. No recordaba lo maravillosas que eran aquellas jóvenes, algunas de ellas atadas de pies y manos y con una mordaza en la boca. Bellezas así no pueden verse más que en la gran pantalla.

No quería que mi atención estuviera demasiado tiempo centrada en aquellos deliciosos entretenimientos, y volví rápidamente a concentrarme en el experimento que tenía entre manos. Dejé el libro de pin-up’s a un lado para volver a él más tarde y puse sobre el escritorio el manual de Cabalística y Ciencias Ocultas. La chaqueta verde de Diana estaba sobre el banco de trabajo, metida en una bolsa de plástico. La saqué con extremo cuidado y la desplegué sobre la mesa, debajo de una bombilla que me permitía escudriñar con sumo detalle el tejido y las manchas de sangre que hallé en el bosque, gracias a un truco que leí en una de las aventuras de Sherlock Holmes. 

El manual decía los componentes sanguíneos de diversas criaturas, pero no era eso lo que buscaba. Había comenzado a analizar la sangre, y no coincidía con la de Diana. Uno de los componentes era sulfato de  aminotranseminasa, una sustancia que no es compatible con el riego sanguíneo humano. Seguí leyendo hasta que di con lo que buscaba. En las apariciones corpóreas de entes que se encuentran en un plano diferente al nuestro, si se trata de una manifestación negativa -de rencor o venganza- se libera sangre impregnada de este sulfato. A Diana le había estallado la bomba justo cuando yo la perseguía por el bosque, y lo que le salió al acecho sin duda se la había llevado consigo.

Anoto estas conclusiones en mi libreta de paperchase, para tenerlas en cuenta más adelante. El funcionamiento de la razón humana es cíclico, y ha de ir avanzando en círculos para poder avanzar realmente. Las deducciones del pasado han de revisitarse a menudo, para acoplar a ellas los nuevos descubrimientos, y así ir construyendo la investigación. No es prematuro avanzar ya que el trabajo de un investigador privado es todo un arte y por tanto, imita de igual forma a la vida. No sabemos todavía en qué punto del círculo nos encontramos, ni lo sabremos hasta que volvamos a vernos encerrados en la misma situación. En ocasiones no nos queda más remedio que lanzar los brazos a los demás desde otros hemisferios, a veces separados por océanos de tiempo.

2 comentarios

Jacques Clochard -

Vuelve a mis brazos y será como respirar aire fresco de nuevo.
J.

lu -

Esta mañana me he levantado, he recibido una noticia y me siento con ganas de morir. Los canguros siguen dando de qué hablar en mi vida y por nada del mundo me dejan coger aire sin su ayuda. Por lo tanto, como dependo de ellos para respirar me asfixian a su voluntad. Sólo quiero irme a casa.