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laescaleradecaracol

¿De qué lado sopla el viento?

¿De qué lado sopla el viento?

He tenido que sobreponerme de mi visita a la boca del lobo, y tratar de no pensar más en ello ni darle más vueltas. Pero no puedo evitar dejar de meditar sobre la aparición de Diana en medio del hall de la casa de Blisset. He conservado la llave que le encontré a aquél pobre moribundo y he vuelto a revisar todas las fotos que hizo Diana cerca del puente. Lugares donde aparentemente no hay nadie, aunque no es difícil apreciar las presencias fantasmáticas de algunas almas moribundas. ¿Se parecerán a la mía?.

 

De algún modo u otro el destino ha de existir, las casualidades han de ir sucediéndose por algún motivo. Intento aplicar el pensamiento racional para analizar los hechos, pero seguramente me funcionaría mejor mantenerme al margen y dejar que las cosas que rodean el caso fluyan por sí mismas, para bien o para mal. A esto se le llama pensamiento transversal y estoy aprendiendo ha aplicarlo desde hace poco. La mujer de X llama todos los días para preguntarme si he obtenido alguna pista que desvele el paradero de su marido.

 

“Puedes venir a mi apartamento si quieres”, le digo. “Deberías intentar sobreponerte para poder pensar con mayor claridad”. Mientras daba estos consejos a una mujer a la que apenas conocía me decía a mí mismo “¿Y cuando vas a ser capaz tú de arrojar luz a tus pensamientos?”. Finalmente quedamos hace dos días, con la idea de hacer una cena ligera y darle cuatro datos irrelevantes del caso para tranquilizarla. Ella no sabe nada de la muerte de Seveline, ni de la misteriosa desaparición de Diana, ni de quien es en realidad Luther Blisset, aunque se haya visto obligada a enfrentarse a él.

No sé si X aprobaría que yo cenase con su mujer en mi apartamento. De todos modos no podemos hacer mucho más de lo que ya hacemos: arroz con gambas, pollo al curry o tortilla de patatas. Las noches de verano serían eternas si ningún conocido se quedara en la ciudad. Poco a poco las calles se tiñen de una sensación de abandono, de estampida general, de huída. Ojalá no volvieran nunca más. Investigar sería más sencillo. Moverse por la ciudad, más relajado. ¿Quién cree realmente que el verano es el momento idóneo para relajarse? Con el aumento de la temperatura aumenta también la ola de crímenes...

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