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Interpretación y sobreinterpretación en Blue Velvet

Interpretación y sobreinterpretación en Blue Velvet 1. ATAQUE AL CORAZÓN

La secuencia inicial de Terciopelo Azul es casi una alegoría. Bellas rosas rojas contrastan con el azul del cielo. Los bomberos, siempre eficientes, saludan a la gente en su paseo rutinario. Dulces ancianas detienen el tráfico de unos conductores sin prisa, para ayudar a los pequeños escolares a cruzar la calle. El señor Beaumont riega su jardín en esa soleada mañana del tranquilo y trabajador pueblo de Lumberton. Su esposa mira en la televisión una película de suspense: un arma aparece en la pantalla. Súbitamente la manguera del señor Beaumont se enreda, el agua hace presión y parece que va a estallar, el hombre gesticula una espasmódica mueca y se desploma en el jardín: acaba de sufrir un ataque al corazón.

El agua de la manguera cae gota a gota, a cámara lenta, reflejando todos los rayos de la luz del sol que se filtran por el agua fresca y clara. El perro de los Beaumont, sin comprender que le pasa a su amo, juega con el agua de la manguera. Un niño de unos dos años que apenas sabe todavía caminar contempla impasible la escena. En la hierba mojada horribles insectos se mueven. Bajo el jardín de los Beaumont existen mundos subterráneos, insospechables.

Esta sería más o menos la explicación narrativa del inicio de Terciopelo Azul, un inicio que nos da muchas pistas acerca de cual va a ser la tónica general de la película. No es por tanto una narración apartada de la trama principal del texto fílmico, sino un prólogo que nos despejará algunas incógnitas del tema principal del filme. El ataque al corazón del padre de Jeffrey asume en la historia una consecuencia doble: será el motivo por el cual el joven deje momentáneamente la Universidad y vuelva a Lumberton, del mismo modo es durante el camino al hospital para ver a su padre cuando Jeffrey se encontrará la oreja que será el verdadero dispositivo de toda la historia que se desarrollará posteriormente.

La sucesión de planos encierran en sí mismos un pequeño viaje cargado de significados, que nos transportan de lo más bello (rosas rojas y cielo azul) a lo más horrendo (escarabajos gigantescos retorciéndose bajo tierra). En realidad, esto mismo pretenderá la película: algo en que en apariencia es inocente (el interés de dos jóvenes por la procedencia de una oreja encontrada por uno de ellos) destapará un mundo sórdido y completamente extraño que cambiará la vida de los protagonistas para siempre.

De igual forma, la sucesión de imágenes origina ideas nuevas como sucedía con el montaje de Einstenstein. El ataque al corazón del señor Beaumont sucede justo después de ver como la manguera se ha enredado y parece que vaya a explotar. Podríamos entender la manguera como una metáfora de una vena humana, y su obstrucción establecería una conexión con la idea de la obstrucción de una vena vascular del señor Beaumont, provocándole irremediablemente un ataque cardíaco.

No descartamos la idea de que en realidad lo que le sucede al señor Beaumont no es un ataque al corazón, a pesar de que más adelante queda claro, cuando Jeffrey le explica a Sandy que ha vuelto de la Facultad porque su padre “ha sufrido un ataque al corazón”. La oposición que adopta su cuerpo antes de caer al suelo del jardín es como la de alguien a quien han disparado o golpeado con fuerza en la espalda, e incluso cuando vemos en las condiciones en las que está en el hospital el señor Beaumont, se nos muestra que lleva colocado un aparato utilizado para curar las contusiones medulares y no los achaques cardíacos...

En cualquier caso, el misterio ya está servido tan sólo en unos pocos minutos del filme.

 

 

 

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