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laescaleradecaracol

Cosas de detectives

Cosas de detectives

Jueves, 12 de enero

Sherlock Holmes compartía piso con el Doctor Watson en un apartamento de Baker Street, una vez cruzada Marylebone Road, justo al lado de la salida oeste de Regent’s Park. Esto no es Londres ni yo comparto piso con nadie, pero muchas veces pienso en las aventuras de uno de mis detectives preferidos y establezco paralelismos en la interesante forma de deducir y descubrir pistas que tenían él y su avispado compañero, héroes literarios de mi niñez y modelos ejemplares para cualquier investigador.  

Todos los días hay alguna mujer que llama. Me pongo en la piel de Sherlock Holmes, y me acuerdo de la forma que tenía él de tratar a las damas. Evitaba el compromiso con distinción, y cuando la intensidad de sus aventuras aflojaban y le permitían llevar a cabo algún escarceo amoroso, siempre era con mujeres que poseían alguna enorme virtud. Vuelvo a leer algunos fragmentos de sus aventuras que tenía olvidados, y destapo de algún modo cierta intencionalidad oculta en la narrativa de Sir Arthur Conan Doyle que no había percibido en mis primeros paseos por Estudio en Escarlata o El signo de los cuatro. 

Cualquier buen detective seductor sabe extraer lo mejor de cada uno de sus ligues, desaparecer de escena como un verdadero Houdini y dejarlas después con la sensación de creerse auténticas diosas. La virtud de las mujeres es la mayor invención de los hombres, ya lo decía Oscar Wilde.  

Como os explicaba antes, todos los días hay alguna mujer que llama. No sé si será por el estrés de los acontecimientos recientes o porque estoy perdiendo la capacidad de interesarme por la gente que hay a mi alrededor, pero no soy capaz de ver más de dos veces seguidas a ninguna de mis talentosas admiradoras que pican a mi puerta a diario, cargadas de las más diversas propuestas: fiestas nocturnas, fines de semana en lugares exóticos, visitas culturales, conciertos... Si ya estuvisteis entre mis brazos alguna vez, la continuación se hace muy poco probable. Aunque todas oléis muy bien.

La aparente normalidad de los últimos dos días no es más que el preludio de algún nuevo ataque de las fuerzas negativas que controlan el mundo de las sombras. He montado un pequeño laboratorio en mi casa, y en él me recreo realizando experimentos que puedan serme útiles en mis investigaciones. Conocer los compuestos químicos y las leyes de la física, haber navegado por las memorias de Arthur Conan Doyle y otras grandes obras decimonónicas, encontrarle el punto a los estados alterados de la conciencia y soñar cada día, esas son, para mí, las claves imprescindibles que ha de poseer cualquier investigador. Voilà. 

5 comentarios

arley malagon cespedes -

quiero comprar cosas de detectibes pas inbestigar

Jacques Clochard -

Ricardo: ¿dónde te las envío?

ricardo -

quiero todas las cosas de detettives ya

ricardo -

quiero todas las cosas de detettives

lu -

anda que no funciona este trasto de los comentarios. Jolin! que te había escrito una pesadilla americana que tuve y plis plas, escrito y borrado. Vaya, no sé que he hecho pero por algo será. Que bien, ya me voy en 15 minutitos hogar dulce hogar!
y no sigas así con tantas chifladurías que me hacen morirme de risa. Eres un tipo duro, ja ja ja! Te veo, en serio te veo dentro de la pantalla de mi televisor con un cigarrito entre los dientes, cabeza inclinada y mirada desafiante diciendo: lo siento nena, no me esperes esta noche, ni mañana, ni pasado (mirada abajo y caladita) no sé si voy a volver...recuerda muñeca que hueles muy bien, siempre te recordaré por ello...
Ay, chiquitín! que gracioso eres...Besos, Lu