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Princess (Anders Morgenthaler, 2006)

Princess (Anders Morgenthaler, 2006)

SEXO, VIOLENCIA, ENTRETENIMIENTO

“Para disfrutar del porno has de ser un cretino o abstraerte del hecho de que estás mirando a gente real”.  Así de claro se manifiesta Anders Morgenthaler cuando opina acerca de la industria del sexo, y así lo ha reflejado en su primer largometraje de animación, “Princess”. Tras cosechar un alubión de éxitos a nivel internacional con el trabajo en formato corto “Araki: The Killing of a Japanese Photographer” (presentado en la sección Anima’t de Sitges 2003), el director danés escribe y dirige esta historia de venganza  a lo Charles Bronson, cuyo diseño de personajes y escenarios se encuentran próximos a la estética del manga, oscilando entre un scroll fotográfico contenido y breves secuencias rodadas en imagen real.

“Princess” era el nombre artístico de Christina, una actriz de cine porno muerta a la prematura edad de los treinta y pocos a causa de una sobredosis. Su andadura por el estrellado mundillo del cine para adultos ha agrietado por completo sus lazos familiares, y al morir deja a merced del desamparo a la pequeña Mia, una niña de cinco años que ha crecido entre las bambalinas de los rodajes en los que su madre participó. La película arranca justo en el momento que el Padre August, hermano de la difunta Christina, cuelga la sotana y se hace cargo de la niña.

“Princess” no es una historia divertida, ni tampoco está destinada al público infantil. Cuesta creer que una película de animación se mueva entre cotas de dramatismo tal que nos sobrevuelen a la mente otros cineastas de tradición europea, cuyo interés se ha centrado en el retrato íntimo de las miserias y dramas en los extrarradios de las grandes ciudades. Morgenthaler sorprende y emociona con los continuos giros que va tomando la historia de August y Mia al mezclar animación con imagen real, por la momentánea obertura intergenérica que el espectador agradecerá enormemente y que transitará desde el drama social a la comedia, para acabar desvelando una violenta fábula de rencor y venganza. Ver para creer.

A raíz de su cortometraje “Araki, The Killing of a Japanese Photographer”, Morgenthaler tuvo la ocasión de conocer de cerca el mundo del porno, ya que el personaje de Araki estaba inspirado en el fotógrafo autor de “Tokyo Luckyhole”, un libro acerca de la industria del sexo en Japón. “No puedo mostrarme indiferente ante la pornografía, o decir que una película porno me pone cachondo” explica Morgenthaler. “La gente que está en el mundo del porno suelen arruinar sus vidas de un modo miserable, y lo único que pueden hacer para obtener respeto es desprenderse de lo único que les queda: su sexualidad”.

A pesar de los comentarios desfavorables de un amplio sector de la crítica, el cual consideran el discurso de la película retrógrado, sexista y manipulador, Princess es una rareza a descubrir totalmente recomendable dentro de la producción de cine animado en Europa. 

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