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laescaleradecaracol

Like a Rolling Stone

Like a Rolling Stone

 

Jueves 15 de diciembre

Después de mi pequeña aventura vouyerística cogí de nuevo el coche y me fui a mi refugio privado en la calle Encarnació. Cuatro episodios de Futurama en pantalla grande, un visionado rápido a La Casa de Cera (hablaremos de ella muy pronto por encontrar claros paralelismos con la vida real) y cuando ya pasaba la medianoche, el señor Scorsese pica a la puerta con un deuvedé doble debajo del brazo: No Direction Home, la gran historia de Bob Dylan narrada por sí mismo.  

Saco una botella de Whisky doce años y me lleno un vaso de plástico hasta la mitad. Enrollo un jalandro de hierba del diablo y ya estoy preparado para que Dylan me penetre. A media sesión el refugio parece cambiar de tamaño, las paredes empiezan a adquirir la consistencia de un pedazo de queso derretido. La sala definitivamente se balancea, Dylan saca los brazos de la pantalla y me agarra de los hombros, adquirimos una postura de confianza mutua, con mi cara en frente de la suya estoy a punto para oír algunas de sus confidencias más íntimas.

 Me alegro de haber conocido a Bob Dylan de este modo tan personal, nos hemos intercambiado nuestros teléfonos y seguro que nos volvemos a encontrar. Le he preguntado si le podía escribir algún e-mail de vez en cuando, pero me ha contestado que no tiene correo electrónico y pasa completamente de Internet. Era de suponer. 

He llegado a casa y tenía el buzón lleno de cartas. Entre ellas una de Lulú, en la que me pide que vaya a verla cuanto antes. Desde que hizo reformas en su casa, algunos amigos que la han visto me han comentado que ahora vive más en una especie de balneario que en un piso normal. Ha convertido el gran comedor con vistas al mar en un enorme cuarto de baño, con toda clase de máquinas destinadas al relax. Ha instalado saunas, un hidromasaje, los dormitorios se han reconvertido en tatamis con pantallas de plasma, y ha contratado a un cocinero japonés. Lulú parece apremiante en sus palabras. Ahora mismo voy para allá.

Epicuro estaría orgulloso de mí.

2 comentarios

Frente Judaico Popular -

Menuda experiencia con Bob Dylan!!!! Yo también he visto el documental del que hablas, es increíble, 100% recomendable. Me marcho a Judea ha hacer el Rolling Stone un rato.. yeepaaa

pizpireta -

sabes qué lindo, que estoy dormidísima y te escribí en el anterior. Perdona mi descuido y encuéntrame un poco más abajo, ahí donde todo queda en casa. MUA!