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Al mal tiempo, buena máscara

Al mal tiempo, buena máscara

Viernes, 6 de enero

  Hace dos noches que no pego ojo. Los días son lluviosos y no he salido demasiado de casa. Esto hace que no pare de darle vueltas no sólo al caso, sino también a cuestiones no resueltas en mi vida. No sé quién decía que un pesimista era alguien que pensaba que las cosas no le podían ir peor y un optimista alguien que creía que lo malo siempre podía ponerse todavía más feo. Ahora mismo no sé en qué lado de la línea me encuentro, pero sin duda la vida de este detective conoció tiempos mejores.  

En lugar de ir yo, ha venido a verme X. Le comenté por teléfono que no me encontraba demasiado rumbero para ir hasta Poble Nou, y mucho menos con las sospechas de que hay alguien que me persigue todavía sin saber muy bien con qué fines. Me sorprende X cada día más, no sabía que además de ser investigador daba clases en la Universidad de Filosofía. Le he pedido que me recomiende algún libro que eleve mi estado de conciencia, y me ha dicho que “eso no depende del que genera el discurso, sino de quien indaga a través de él”.

  La teoría de X, experto en casos paranomarles, es la siguiente: "Diana ha sido abducida por algún grupo cabalístico y sus acciones no corresponden a su yo real, sino al lavado de cerebro al cuál ha sido sometida". No es la primera vez que X se encuentra ante un caso parecido, y dice que una vez en el interior de la Cábala, es muy difícil recuperar a la víctima que no solo asesinará, sino que estará dispuesta ha realizar cualquier acto para servir a su “gurú” , también conocido como “mensajero”.  Así pues no volveremos a dar con ella hasta que encontremos al “mensajero” de esta organización y sepamos con qué entidad maligna ha establecido sus vínculos.  

Mientras escucho todo esto siento un ligero mareo. Creo que me estoy implicando emocionalmente demasiado en este caso, y se me juntan los problemas de mi vida privada con los del trabajo. X no para de hablar y de decir cosas terribles, entre ellas la consideración de inspeccionar el bosque donde vi a Diana por última vez. Puede que encontremos algún portal en ese perímetro. No se explica entonces de otro modo su desaparición en medio de la oscuridad. Ahora mismo no me apetece nada volver a ese lugar y me da un poco de miedo lo que me pueda encontrar. Es increíble como uno pierde el valor cuando pasan demasiados días sintiéndose como el Llanero Solitario. “Pero, ¿qué te pasa?” me pregunta X. Se lo explico y me da un abrazo. Algo es algo.

  De nuevo me quedo solo en casa. La lluvia que no para de caer es definitivamente la comparsa al tedio que siento en estos momentos. Abro un comic-book que hace días que tengo ganas de leer, V de Vendetta. Una realidad alternativa en la que el fascismo es el poder imperante y su protagonista es un justiciero enmascarado, que tiene un plan estratégicamente diseñado para vengarse de aquellos que lo mantuvieron preso en un campo de concentración. La historia es realmente inspiradora y cuando la lluvia cese quizás yo también piense con mayor frialdad y claridad. Como los que me mantienen encerrado, en esta tarde gris. 

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