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TERRY GILLIAM,  GÓTICO SUREÑO.

(cara a cara con el detective Jacques Clochard)

CURADOS DE ESPANTOS nos pilla Terry Gilliam en la presentación oficial de Tideland en los cines de nuestro país. Tras su paso por los Festivales de San Sebastián, Sitges y el recién estrenado certamen cinematográfico de Ibiza y Formentera, el ex Monthy Python le da una vuelta de tuerca a la archiconocida fábula de Lewis Carroll, y nos presenta las aventuras imaginarias de una tierna infante, cuya máxima es escapar a toda costa de la pútrida realidad. La charla tuvo lugar en Barcelona.

La Escalera: La puesta en escena de Tideland transcurre en un enclave a caballo entre un cuadro gótico de Wyeth y La Matanza de Texas...

TERRY GILLIAM: Sí. Me parece muy curioso porque en muchas de las críticas que surgieron en los Estados Unidos comentaban el hecho de que mi película transcurría en un escenario similar al de La Matanza de Texas, que es una película que odio porque la encuentro terriblemente misógina. La estética de Tideland se encuentra más próxima a la literatura gótica sureña que a los filmes de terror gótico porque versa más sobre conflictos humanos que sobre el terror, la violencia explícita o la tortura. La literatura gótica tiene como una especie de obsesión por la decadencia y la muerte, y esto está presente en la película, aunque sus protagonistas lo único que quieren es tirar hacia delante, cumplir sus sueños y estar con la gente a la que de verdad aman.

La Escalera: ¿Crees que después de los atentados del 11-S ha cambiado la concepción del terror en Estados Unidos y que eso se refleja en cierto modo en el cine?

TERRY GILLIAM: Hay mucho miedo en América en estos momentos. Todo el mundo está alentando ese miedo: los políticos, Bush, etc. Así que en consecuencia la gente está nerviosa y vive muy alterada. Las películas que va a ver la mayoría son filmes que les hacen sentirse seguros y a salvo. Después del 11-S todas las películas eran iguales y repetitivas, con cualquiera de ellas podías sentirte a gusto y a salvo. A la gente no les gusta pensar en cosas que puedan inquietarles. Pero poco a poco creo que esta situación está cambiando, la gente habla más de Tideland, se están dando cuenta de que no están solos, de que también hay otras personas a las que les ha gustado mi película.

La Escalera: Supongo que la historia de una niña cuyos padres son heroinómanos y que sobrevive amparándose en el poder de su imaginación... definitivamente no es un bocado para todos los públicos...

TERRY GILLIAM: En efecto, pero para los niños esta película no supone trauma alguno, en cambio para el público adulto si que resulta dolorosa. Los adultos estamos mediatizados con todo tipo de historias truculentas acerca de lo que les ocurre a los niños. Estoy completamente convencido de que el mundo no es un sitio peligroso para los niños, y eso es lo que nos venden continuamente los medios de comunicación: secuestros infantiles, abusos a menores, violaciones... ¡en realidad es tan sólo un porcentaje muy pequeño quien sufre tales atrocidades!. Lo que me cabrea es que mi propio  hijo empezó a creer que el mundo era un sitio realmente muy peligroso, ¡tenía miedo incluso de salir de casa!

La Escalera: ¿Crees que la mediatización abusiva del daño a menores es entonces otra de las estrategias que adopta el miedo para controlar a la gente?

TERRY GILLIAM: ¡Por supuesto! Especialmente en Estados Unidos. Imagínate, un país que gasta la mayoría del presupuesto en armamento: ¡necesita tener enemigos!, ¡necesita continuamente inventar algo para tenerle miedo!.

La Escalera: Entre Tideland y El Laberinto del Fauno existen claros paralelismos que hacen que ambos filmes tengan mucho en común. ¿Qué te pareció la película de Guillermo del Toro?

TERRY GILLIAM: ¡Me encantó! Guillermo vino a Londres a estrenar su película y nos fuimos a comer después, y me dijo “Sabes qué Terry, ¡hemos hecho la misma película!”. Pero la diferencia ha sido que a la crítica le ha encantado su película y ha detestado la mía ... (risas). La diferencia es que su película no “molesta”, la mía en cambio se te mete dentro, duele... Toca prejuicios, habla del modo al que la gente se le lava el cerebro con los peligros que hay en el mundo... Yo sabía que algo así ocurriría, pero quería forzar el diálogo entre la gente en cuanto a su percepción del mundo y lo que en realidad es.

La Escalera: Además de tu conocido proyecto de adaptación de El Quijote a la gran pantalla, ¿hay algún trabajo más que esperas que pueda ver la luz en el futuro?

TERRY GILLIAM:  Sí, mis productores en Los Angeles están tratando de conseguir la subvención necesaria para poner en marcha un proyecto sobre el imaginario del doctor Parnassus.

La Escalera: Nos gustaría que nos hablaras  también un poco acerca de los Monthy Python. Eres el único miembro que procede de Norteamérica y el resto del grupo son británicos, ¿cómo surgió la conexión?

TERRY GILLIAM: Antes de que viniera a Inglaterra trabajaba como editor de una revista en Nueva York llamada “HELP!”. Solíamos hacer tiras cómicas con fotografías reales, como un cómic-book con fotos de gente de verdad. John Cleese se encontraba en esos momentos en Nueva York haciendo una obra y nos conocimos en aquél entonces. Muchos años después, me mudé a Inglaterra  y él se había hecho bastante famoso en la tele. Yo continuaba trabajando en revistas, y John me presentó a algunos productores. Casualmente uno de esos productores trabajaba en un show cómico para niños y ahí empecé a actuar. Así empezó todo.

La Escalera: Recientemente los Monthy Python se han juntado de nuevo para editar una autobiografía. ¿Habéis pensado en alguna otra performance como grupo?

TERRY GILLIAM: No, de momento Eric Idle ha montado una comedia musical que se basa en Monty Python & The Holy Grail, es lo único que hay por ahora. Estamos todos muy liados, tenemos empresas que mantener, salimos en series de televisión... así que vamos reciclando el material antiguo.

La Escalera: ¿Te han hablado de La hora Chanante? Es uno de los shows de humor televisivo más original que se ha hecho últimamente en España...

TERRY GILLIAM: No, ni idea, nadie me ha hablado de ellos... pero supongo que copiarán cosas de los demás ¿no? Nosotros también lo hacíamos...

 

 

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